
De acuerdo con la resolución, la Policía infiltró a un agente como alumno en una escuela secundaria por la aparición de inscripciones consideradas “extremistas”. El espía identificó a la víctima, de entonces 15 años de edad, que fue mantenida cautiva durante un mes en la comisaría de Metán y abusada sexualmente. El fallo dejó sentado que los ataques sexuales eran una práctica sistemática.












