Nora Gimenez: la senadora nacional que no conoce nadie y que siempre aparece donde le conviene

Casi nadie le conoce la cara. Cobra millones en el Senado de la Nación y no se conoce trabajo, ni mucho menos aportes al sur provincial, ni mucho menos en la provincia. Se presenta para la reelección después de seis años de vivir de arriba.

10/09/2025RedacciónRedacción
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Mientras los problemas se acumulan en el sur de Salta, una región con urgencias que no dan tregua, su representación en el Senado de la Nación parece haberse esfumado. Durante casi seis años, la senadora Nora Giménez ocupó una banca que, lejos de ser un espacio de trabajo y gestión, se ha convertido en una tribuna para la crítica sin sustento en resultados

En un contexto donde la necesidad apremia, la ciudadanía del sur de Salta no vió una sola gestión concreta, un proyecto impulsado o una iniciativa que justifique los millones de pesos que mes a mes cobró del Estado. La promesa de representación desvaneció en la inacción, y su rostro, prácticamente desconocido para muchos, es la evidencia de una desconexión total con las bases.

Hoy, la senadora Giménez busca renovar su banca, sumándose a la fórmula de Juan Manuel Urtubey en Fuerza Patria. Sin embargo, su principal argumento para la reelección no es un historial de logros, sino una agenda centrada en "ponerle límite a Milei" y criticar al gobierno libertario. Mientras otros legisladores como Sergio Leavy y Juan Carlos Romero han concentrado el trabajo legislativo nacional, la senadora ha optado por la crítica constante, sin ofrecer soluciones ni aportes certeros para Salta. Es un acto de fe ciega pedir el voto a cambio de una promesa de crítica, sin una sola gestión que la respalde.

 Un peronismo de nombres, no de bases

En un intento por mostrar fuerza, la senadora dijo en una radio salteña que "no somos dos sectores del peronismo" y buscó unirse bajo un supuesto acuerdo amplio. Sin embargo, el respaldo de las 62 Organizaciones Peronistas a Sergio Leavy expusieron una cruda realidad: su partido político se convirtió en una estructura casi unipersonal, más útil para negociar espacios de poder que para representar a la gente. La militancia y las bases del peronismo salteño parecen no reconocer en ella a una líder que los represente.

La función de un senador es clara: defender los intereses de su provincia. La senadora Giménez, después de seis años, no presentó logros que respalden su salario ni justifiquen su continuidad en el cargo. Su gestión es una muestra de que ocupar una banca no garantiza la representación.

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