Prohíben a las Carmelitas Descalzas realizar actividades de la Virgen del Cerro

La Oficina de Prensa del arzobispado de Salta difundió un comunicado notificando las indicaciones emanadas por la Congregación para la Vida Religiosa y Sociedades de Vida Apostólica como consecuencia de los informes de los visitadores a raíz del conflicto suscitado entre el arzobispo de Salta, monseñor Mario Antonio Cargnello, y las monjas Carmelitas Descalzas del convento San Bernardo de esta jurisdicción eclesiástica.
Entre esas indicaciones, se les recuerda a las religiosas que, si bien gozan de autonomía, están “bajo la vigilancia del obispo diocesano cuya autoridad y acción están establecidas por el derecho” y se les pide no involucrarse en actividades de apostolado como la que se ha generado entorno a una devoción mariana, hasta tanto “el obispo del lugar, o a través de él a la competente Congregación de la Sede Apostólica discernir su veracidad y autorizar las prácticas de culto en este contexto”.
Tras recordarles que esa comunidad religiosa “está obligada a la estricta observancia” de las normas, incluida la estricta observancia de la clausura monástica, se les objeta que hayan “implicado” al monasterio en una iniciativa que va en “contra la voluntad del obispo y de los sacerdotes de la diócesis, que lleva a una división de la comunidad de la Iglesia local y a conflictos”.
“El monasterio, permitiendo a la ‘vidente’, la señora María Livia Galiano de Obeid, vivir en los locales propios y asignando algunos espacios para los peregrinos cercanos a este contexto, está claramente involucrado completamente en esta obra, contra la voluntad de la Iglesia local”, les advierten.
“Es necesario señalar con fuerza que la comunidad de las Carmelitas Descalzas de Salta debe vivir plenamente el carisma carmelita, no una obra que en consecuencia lleva a situaciones de tensión. Por esto se recomienda también una formación renovada en el espíritu de la Regla y según la tradición carmelitana, observando la propia tradición de vida monástica. En diálogo con el obispo del lugar, se debería instituir una forma estable de reuniones regulares, que serviría para enfrentar las situaciones problemáticas de modo continuo”, sostienen.