Alumnos de séptimo grado del Evelio Melián investigan sobre basura electrónica y rescatan una olvidada ordenanza local

En el marco de la Feria de Ciencias, los alumnos de séptimo grado de la Escuela Evelio Melián, guiados por sus docentes Paola Molina y Ernesto Díaz, presentaron un proyecto educativo con un enfoque profundamente actual: los Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos (RAEE). Lo llamaron “RAE Enferma”, un título que interpela y resume el espíritu crítico del trabajo.

El disparador fue simple pero revelador: “¿A dónde van los residuos electrónicos que desechamos todos los días?”. Esa pregunta, planteada por los propios estudiantes, motivó una investigación que terminó por desenterrar una norma municipal de 2017 —la Ordenanza N° 3842/17— impulsada por el entonces concejal Alejandro Etchart, que propone un Programa Integral de RAEE para la ciudad de Metán.

“Nos sorprendió encontrar que ya existía una ordenanza que abordaba este tema hace años. No solo fue interesante, sino alentador ver que hubo voluntad política para tratarlo”, expresó la profesora Paola Molina durante la muestra.
En el trabajo, los chicos explicaron con claridad y compromiso por qué no debe tirarse la basura electrónica junto a los residuos comunes: "Los celulares viejos, pilas, cargadores, controles remotos, tienen componentes como mercurio, litio o cadmio, que son tóxicos para las personas y para el ambiente", explicó uno de los expositores con notable claridad.

Además de identificar los riesgos ambientales, el grupo exploró las tres R -reducir, reutilizar, reciclar- y propuso caminos de acción que incluyen campañas de concientización ciudadana y puntos de recolección especializados, como sugiere la propia ordenanza.

El proyecto también contó con el apoyo y la visita de representantes de la Secretaría de Medio Ambiente, quienes explicaron cómo se maneja actualmente el tratamiento de residuos en la ciudad.

“Es un tema que necesita acción concreta, no solo voluntad. Hay normativa, pero falta aplicación. Este proyecto nos mostró que el cambio es posible si trabajamos juntos: alumnos, docentes, comunidad y gobierno”, afirmó Molina.
El entusiasmo del grupo y el compromiso con la causa encendieron una chispa de esperanza: que la ordenanza 3842/17 deje de ser solo un papel en el archivo municipal y se convierta en una política activa de cuidado ambiental.

Como cierre, los docentes destacaron la importancia de educar con una mirada crítica sobre el presente: “Los chicos no solo aprendieron sobre los RAEE, aprendieron a preguntar, a investigar, a buscar soluciones. Y eso es lo que más valoramos como docentes”.